La justicia del fútbol le echa un guiño al Barça

Asi de simple. En su peor partido de la temporada, el Barcelona remató una sola vez a la portería de Chelsea y convirtió el gol que hizo justicia por tanto fútbol desplegado desde mitad de 2008. Andrés Iniesta selló el agónico 1-1 a los 48 minutos del complemento y el Barcelona de Josep Guardiola jugará la final de la Champions League en Roma, ante Manchester United y en la primera temporada del debutante entrenador.

Andres Iniesta, a partir de hoy ídolo inmortal de la afición culé

Era la hora de la verdad, porque si bien es cierto que el titulo de liga española (que ya tiene asegurado en un 90%) nunca es despreciable, el gran objetivo de Barcelona y el sueño de sus aficionados está en Roma, y para poder pelear directamente por el, el súper equipo de Pep debía sortear su visita más brava en la Champions League viajando a Stamford Bridge, campo emblemático donde sepultó sus chances en 2005 y donde comenzó la remontada que lo llevó al título en París 2006.

El comienzo de la expedición a Londres no pudo haber sido peor. Apenas nueve minutos habían transcurrido del comienzo del partido cuando Michael Essien, con más vergüenza que real confianza tomó un rebote desde fuera del área y convirtió el gol más bonito e importante que jamás hubiese imaginado, haciendo esteril el salto de Víctor Valdés, que entre sorprendido e indefenso no pudo hacer más que ver como su valla caía por primera vez en las semifinales.

Lo que siguió al gol inglés no fue mejor. Un Barsa maniatado, por momentos tímido, no logró llevar peligro a la portería de Petr Cech, y a cambio tuvo que sudar para no recibir un nuevo golpe local, ya que los pelotazos de Frank Lampard para Nicolas Anelka y Didier Drogba comenzaban a transformarse en verdaderas amenazas para la continuidad del equipo catalán en la Champions.

Entre algunas intervenciones de Valdés, las irresolutas subidas de Dani Alves y fallos polémicos del noruego Tom Henning Ovrebo (cobró fuera del área una supuesta falta sobre Malouda que se produjo, en todo caso, un metro adentro) se fue la primera parte, con un Barcelona sedado que no encontraba soluciones en los pies de Iniesta y Xavi, y que veía como Lionel Messi se perdía entre camisetas azules, extrañando a un Samuel Eto’o que dijo presente de cuerpo, pero no de alma.

Para el comienzo del complemento y el desarollo del mismo, sorprendió la no inclusión de algún relevo por parte de Josep Guardiola. El jóven DT catalán revalidó la confianza en sus elegidos y les dio la posibilidad de resarcirse dejandoles en el campo de juego.

La segunda mitad prosiguió con la misma tónica que su antecesora. Barcelona con la posesión del balón, pero de una forma muy inofensiva, sin poder penetrar la muralla del equipo londinense, que esperaba agazapado en el fondo y lastimaba mucho en cada contraataque.

Apenas comenzado el complemento, Victor Valdés se quedó con la ocasión más clara del partido ante Didier Drogba, achicando a tiempo al delantero marfileño y ganandose la inmunidad por un largo tiempo. Porque como se lo criticó en algún momento, hoy es justo decir que  el portero catalán le dio a su equipo la última chance de vida, algo luego empañado por Iniesta y su definición.

Pero cuando las cosas parecían no poder empeorar para el conjunto culé, a los 21 minutos de la segunda parte empeoraron. Eric Abidal se llevó por delante a un Nicolas Anelka que se escapaba para quedar solo ante Valdés, y Henning Ovrebo le mostró la tarjeta roja.

Si con once le costaba, con diez pudo haber sido una catástrofe, pero acto seguido a la expulsión de Abidal, Guus Hiddink (DT local) pecó de cuidadoso y sacó a un golpeado Didier Drogba para dar ingreso a Juliano Belletti. Delantero por defensor cuando tenía al Barsa contra las cuerdas.

El golazo de Iniesta, desde la portería de Cech

El repliegue de Chelsea le dio al Barsa una vida más, ya que con todas sus limitaciones a cuestas, el conjunto blaugrana monopolizaba la posesión del balón. A falta de cinco minutos para el final, Josep Guardiola realizó su primer cambio. A la cancha el jóven Bojan en reemplazo del defensivo Sergio Busquets.

Pero aún con la soga del tiempo alrededor del cuello, este Barsa se las arregló para salir con vida. En el enésimo centro de Dani Alves desde la derecha, y tras un despeje corto, el esférico cayó en las botas de Lionel Messi, y el argentino en vez de deleitar con alguno de sus recursos se disfrazó de Xavi y asistió a Andrés Iniesta, que con un remate que ya entró a la galería de los grandes momentos en los 110 años del club catalán, empató el partido a los 48 minutos de la segunda parte. La locura se apoderó de los casi 5.000 catalanes que viajaron hasta Londres y de los millones que se quedaron en España. Barcelona estaba en la final, el último campeón espera en Roma.

No quedaba mucho más. En el último minuto adicionado por Henning Ovrebo, quedó tiempo para la desesperada arremetida inglesa, que finalizó con un monumental «manotazo» de Eto’o en su área, que fue obviado por el juez noruego y devino en la airosa protesta de todo Chelsea.

Queda la sensación de que se hizo justicia. El equipo que mejor fútbol jugó en toda la temporada estará presente en la final. Aún jugando su peor partido, el Barsa recibió un guiño del destino, un empujoncito de la suerte que lo depositó en Roma. Allí las cosas serán diferentes, y tendrá que valerse de sus mejores armas para derrotar a un Manchester United que acaba de renacer y no entregará su corona facilmente.

 

FICHA DEL PARTIDO

CHELSEA (ING) 1 – BARCELONA (ESP) 1

Estadio: Stamford Bridge          Arbitro: Tom Henning Ovrebo (noruego)

Goles9 PT Michael Essien (C)  –  48 ST Andrés Iniesta (B)

RESULTADO GLOBAL

BARCELONA (ESP) 1 (x2) – CHELSEA (ING) 1

(Los españoles avanzaron por el gol anotado como visitante)

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