El AC Milan sumó su quinto trofeo de la Supercopa de Europa e impidió revalidarlo a un Sevilla FC que, con Antonio Puerta ya ausente, rompió una racha de cinco finales consecutivas ganadas en tan sólo 15 meses.
El conjunto milanista vio complicado su triunfo en la primera parte, en la que el Sevilla le echó mucha voluntad y desgaste físico, pero en la segunda, los rápidos goles de los italianos dieron la vuelta al marcador y eso hundió a un rival mermado de fuerzas e ideas.
Pronto mostró el actual campeón de Europa que la solidaridad con los sevillistas por la muerte de Puerta no tenía que ver nada con la relajación en un partido de máximo nivel, y apretaron a un rival que sí pareció despistado.
Filippo Inzaghi enseñó a las primeras de cambio sus dotes como goleador y estuvo cerca de batir al arquero Andrés Palop cuando prácticamente no había roto a sudar, pero un poste se lo impidió. Continuar leyendo…