Con seis minutos es suficiente

Son cinco minutos, como mucho seis, un parpadeo o una eternidad, depende. Poco más necesita este Madrid, aplastante en los resultados y nada seductor en el juego, empeñado en aplazar un debate que antes se antojaba esencial: el del estilo. Obstinado también Cristiano, verdugo del Olympique con dos goles, un penalti con expulsión incluida y cuatro dianas totales en dos citas de Champions. Los franceses, con Niang a la cabeza, dominaron antes del descanso para morder el polvo sin darse cuenta (3-0).

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Cristiano puede hacer muchas cosas ese tiempo, ya sea en su Ferrari o en el área rival. Puede recibir un pelotazo de Pepe y marcar por bajo o aparecer como delantero para empujar a la red la mejor jugada de su equipo. Y si acelera más, también puede forzar un penalti y la segunda amarilla de Diawara, que se llevó el balón y el tobillo de CR-9. Todo eso cabe en el universo del portugués, que también probó desde lejos cuando no había huecos por el centro.

Vive al límite Cristiano y el domingo lo volverá a demostrar en el Sánchez Pizjuán si baja la inflamación de su tobillo derecho. Más le vale al Madrid contar con sus servicios, porque anda tieso de fútbol. Pellegrini prueba y prueba en la medular y la gente sigue esperando en Chamartín. A este paso, todos se acercarán tras el descanso y darán por imposible al equipo hasta entonces. Así ha sucedido en los cuatro partidos en casa, plagados de imprecisiones y leves pitos.

Esta vez jugaron Guti y Kaká, pero resulta que tampoco. Pellegrini llenó el campo de centrocampistas, a los que hay que añadir a Gago y Xabi Alonso, el único completamente imprescindible, incluso en noches donde le abandonan las musas. El Madrid sólo crecerá en torno a él, porque a su gente le gusta el buen fútbol. Los resultados ayudan a crecer y dan tranquilidad pero incluso los más convencidos ‘florentinistas’ ven con recelo lo que sucede noche tras noche.

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